Por: Dr. Pavlusha K. Luyando Joo
¿Es la fiebre algo perjudicial o beneficio para la salud?, es una pregunta que vale la pena hacer, ya que la fiebre se presenta en gran parte de las enfermedades y también porque gran parte del gasto de medicamentos se van en medicamentos para bajar la fiebre (antipiréticos).
Hipocrátes (430-377ac) el padre de la medicina consideraba a la fiebre como un gran aliado para luchar contra la enfermedad. Para Hipócrates la fiebre era necesaria para el organismo, ya que elevando la temperatura provocaba la eliminación de “los malos humores”, a través de las heces, el sudor y vómitos.
Por ello una de sus frases célebres que tenía era: “Dadme una fiebre y curaré cualquier enfermedad”.
La fiebre mecanismo de defensa
La fiebre puede inhibir o retardar el crecimiento de los microorganismos. Un ejemplo de ello es que el virus de la poliomielitis disminuye su virulencia en 250 veces menos a 40° que a 37° por ejemplo. Otro caso es el de la bacteria que ocasiona la Sífilis (treponema pallidum); la cual muere a los 40°- 41°.
También hay evidencias científicas que algunos tumores inhiben su desarrollo con fiebre inducida (hipertermia) arriba de los 41°, un método lamentablemente olvidado.
Con la fiebre el organismo adquiere experiencia inmunitaria, aumenta la cantidad de anticuerpos; es decir el sistema inmunológico madura, evoluciona; lo hace más fuerte frente a la siguiente infección.
Por ello es importante saber que frenta a un cuadro febril, es necesario tomar las cosas con calma, ya que es bueno que el cuerpo haga un poco de fiebre por algunas horas. Para ello se debe tener un termómetro a mano y constantemente tomar la temperatura.
Una temperatura que no pase los 39° puede hacer esperar a los antipiréticos al menos por unas horas, en estos casos no olvidar ayudarse de los medios físicos: beber agua tibia o una planta caliente (muña o borraja por ejemplo).
En el caso que la temperatura sobrepase los 39° es mejor proceder a administrar el medicamento, más aún si el paciente tiene antecedentes de convulsiones por fiebre, delirios; o sea el caso de un bebe. En caso que la fiebre persista más de 3 días, y los síntomas indiquen empeoramiento (vómitos, pérdida completa del apetito; etc.), es mejor consultar al médico.
De esta forma se aprovecha la fiebre para “vacunarse” de forma natural.